La camiseta titular de la Selección Argentina en el Mundial de México 1986, la inconfundible celeste y blanca a bastones verticales, es mucho más que un uniforme. Es el símbolo de la conquista de nuestra segunda Copa del Mundo y el estandarte de un equipo que hizo historia, liderado por la magia de Diego Maradona.

Un Diseño Clásico, una Gloria Eterna: A diferencia de la camiseta azul alternativa que tuvo su momento de improvisación, la titular era la camiseta que la selección había planeado usar en todos sus partidos. Fabricada por Le Coq Sportif, su diseño clásico, con bastones celestes y blancos bien definidos, representaba la identidad nacional en cada fibra.

El Escenario de las Grandes Hazañas: Fue con esta camiseta que Argentina debutó en el Mundial, que jugó la fase de grupos y los primeros partidos de eliminación directa. Con ella, Diego Maradona desplegó su genio en cada regate, cada pase y cada gol, abriendo el camino hacia la final. Cada partido, cada victoria, cada ovación que sonó en el Estadio Azteca resonó bajo la sombra de esa camiseta.

El Abrazo de la Gloria: El 29 de junio de 1986, bajo el sol de México, fue con la camiseta celeste y blanca que la Selección Argentina levantó la Copa del Mundo tras vencer a Alemania. Esa imagen de Maradona alzando el trofeo, rodeado de sus compañeros, todos vestidos con esos bastones que son la bandera, quedó grabada para siempre en la memoria colectiva y se convirtió en el ícono definitivo de nuestra segunda estrella.

Más Allá de un Tejido: Esta camiseta es la encarnación de la pasión, el esfuerzo y el triunfo argentino. Es un recordatorio palpable de un equipo que, con talento y corazón, alcanzó la cima del fútbol mundial. Se ha convertido en un objeto de culto, no solo por su valor histórico y deportivo, sino porque representa la identidad y el orgullo de un país entero.